RADICACIÓN

Para comprender estos conceptos, por lo
tanto, hay que reconocer las partes que forman un radical. La raíz
es el número que, multiplicado la cantidad de veces que indica el
índice, da como resultado el radicando.
Supongamos que nos encontramos con un
radical que muestra la raíz cúbica de 8. Tendremos el radicando (8)
y el índice o exponente (3, ya que es una raíz cúbica). A través
de la radicación, llegamos a la raíz: 2. Esto quiere decir que 2
elevado al cubo (2 x 2 x 2) es igual a 8.
Como puede advertirse, la radicación es
una operación que resulta inversa a la potenciación: retomando el
ejemplo anterior, vemos que multiplicando 2 x 2 x 2 (2 elevado al
cubo) llegamos a la raíz cúbica de 8.
La radicación es una operación un tanto
particular, en cuanto a que no es muy fácil de resolver si no se
cuenta con una calculadora o, por el contrario, con habilidades
avanzadas para las matemáticas. Mientras que si vemos una suma, una
resta o una multiplicación podemos proceder a efectuarlas en una
hoja haciendo uso de técnicas básicas, la radicación puede
dejarnos perplejos dado que a simple vista no parece haber modo de
relacionar su radicando con el índice para obtener un resultado.
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